“No salgan de casa, la obediencia es la clave para evitar el riesgo”, enfermera del Hospital Mario Catarino Rivas

Detrás de cada rostro, hay una historia que contar, detrás de cada persona, que en la actualidad vela por la salud del pueblo hondureño, hay un sacrifico que muy pocos conocen.

En OnceNoticias.hn le contaremos la historia de los Héroes Con Mascarilla, ciudadanos solidarias que se preocupan por sus compatriotas, y de aquellos que ponen en riesgo sus vidas por salvaguardar la de los demás, ante la alerta roja a causa del coronavirus. 

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Tal es el caso de Marisol Abrego, quien durante más de 15 años de ejercer como enfermera, nunca había vivido una situación como la provocada por del covid 19, que ha dejado más de 14 mil fallecidos y arriba de 300 mil contagiados a nivel mundial, y que en Honduras ya comienza a propagarse; pero a pesar del difícil proceso, continúa optimista, dando todo en sus funciones por el bien de sus pacientes en el Hospital Mario Catarino Rivas.

El amor a su profesión lo demuestra a diario, con el tiempo dedicado al Hospital del que se “enamoró”, y a sus estudios universitarios en licenciatura de enfermería. Llevar ambos de la mano, le resulta difícil; los horarios son agotadores y su tiempo de descanso es muy poco, pero las ganas de “servir a la población más necesitada”, la motiva a diario a seguir superándose.

Su vocación es admirada por quienes la rodean, y relata que la descubrió tras convivir dos años en la congregación «Hijas de Jesús» donde se preparaba para servir como monja, pero tras esa revelación, salió y decidió acudir al centro asistencial sampedrano, «llegué buscando la forma de amar y servir a la humanidad, y en mi discernimiento cristiano conocí un amor que superó cualquier duda, me enamoré del hospital, y decidí quedarme allí».

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Al tiempo, encontró el amor de su vida, alguien que la apoya y alienta incansablemente y con quien, en los próximos meses, se unirá en sagrado matrimonio.

Además de enfermera, Marisol, también es escritora, y redacta su segundo libro llamado “Ángeles de Blanco”, una recopilación de vivencias durante su vida profesional, que, sin duda, lo ocurrido a causa de este mortal virus no podrá faltar.

“Es difícil ver la afectación emocional que se vive en el Hospital, no olvidando las exigencias que debemos acatar para cuidar de nuestra salud y de la salud de los que cuidamos, veo los familiares y mis pacientes, con sus rostros temerosos y abrumados”, relató la sampedrana haciendo referencia a lo que vive a diario durante la alerta roja por la pandemia.

Ante la incidencia de casos en Honduras, y miles de muertes a nivel mundial, recomienda a la población no salir de sus hogares, además del lavado constante de manos con agua y jabón.

“Usen mascarillas, téngannos en sus oraciones siempre, lean un buen libro, y escuchen con atención y amor las anécdotas de sus padres y abuelos, mientras estén en casa”, finalizó.

Aquí uno de sus escritos:

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