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«No les tengo miedo»: monja que encaró a militares venezolanos

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El líder opositor Henrique Capriles y el presidente de la Asamblea Nacional, Julio Borges, se sumaron a las voces que aplaudieron su gesto.

Sor Esperanza, se marchó luego de hablar con los agentes del orden que reprimían a los manifestantes.

Una monja venezolana de 78 años que encaró a la Guardia Nacional Bolivariana en las calles de Caracas, se eternizó en el crítico escenario político de Venezuela.

El episodio duró apenas unos minutos, pero los videos y fotografías del momento se viralizaron en redes sociales, donde llovieron elogios a su acción heroica y valentía.

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Frágil, a paso lento, vestida de hábito blanco y luciendo un tapabocas para prevenir el efecto de las bombas lacrimógenas, Sor Esperanza se aproximó con temple a los militares que habían lanzado gases tóxicos a los manifestantes.

Su encuentro con soldados armados con escopetas y recubiertos por máscaras antigases fue cálido, amable.

Yo solo conversé con ellos. No les tengo miedo», contó la religiosa a la cadena de noticias BBC, sobre su careo con los militares durante la «marcha del silencio», el sábado pasado.

La religiosa explicó que se envalentonó para acercarse a los uniformados luego de que una lluvia de bombas lacrimógenas cayera frente al grupo de marchantes en el que se encontraba.

Les hice la señal de la cruz, los bendije. Le dije al jefe: ‘Usted cumpla sus órdenes, porque, si no, va preso, pero, ¿cómo es posible? Usted es venezolano y nosotros somos venezolanos'».

Este momento quedó inmortalizado por siempre como un llamado a la paz.

La hermana contó que en un momento no captado por las cámaras, también regañó a los opositores que le acompañaban.

«Me sentí triste. Estaba disgustada con la gente. Les dije que se quedaran abajo y eso fue puro bochinche. Regañé a los míos. No me hicieron caso y echaron a perder el paquete».

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Sor Esperanza decidió alejarse de la protesta entre vítores y aplausos. Se retiró del lugar en el vehículo de un conocido. A los minutos, volvieron las lacrimógenas.


María Esperanza García Ramírez, nacida en el poblado campesino de Pampán, estado Trujillo, es servidora de Jesús desde su juventud, formada en el servicio religioso en Italia, pese a que sus padres confiaban que estudiara medicina en la Universidad Central de Venezuela.

«Soy hija de María Auxiliadora y salesiana de Don Bosco. He participado en sopotocientas (múltiples) marchas desde los tiempos de Hugo Chávez. A mí todo el mundo me respeta, aún los chavistas», afirmó la salesiana.

Sor Esperanza quiere paz.

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