La caída de Juan Orlando Hernández, (JOH), ex presidente de Honduras, reveló una compleja red de narcotráfico que logró burlar durante años la seguridad de los Estados Unidos, para ingresar droga a este país de Norteamérica.
Utilizando una combinación de corrupción, influencia política y sobre todo a sus “aliados de sangre”, Juan Orlando Hernández operó como una mente maestra del narcotráfico, desafiando los esfuerzos de las autoridades estadounidenses para detener el flujo de drogas hacia su territorio.
JOH, durante sus gobiernos se dio a conocer como un hombre de mano dura en el combate al crimen organizado, paradójicamente, aprovechó su posición de poder para facilitar el narcotráfico. Además, utilizó su influencia para proteger a los carteles y asegurar el paso seguro de cocaína a través de Honduras, siendo el destino final, Estados Unidos.
Es importante mencionar que el ex mandatario del departamento de Lempira, recibía a cambio, millones de dólares en sobornos, los cuales usó para financiar campañas políticas y afianzar su control sobre el país.
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Aliados de Juan Orlando Hernández
Una mente maestra siempre necesitará peones que lleven a cabo y realicen sus ideas; durante el juicio del exmandatario, se conocieron diferentes nombres de políticos y mayores traficantes de drogas en el mundo, denominados cómplices para poder transportar esta sustancia por medio de Honduras hacia los Estados Unidos.
La lista es grande, pero resaltan los nombres de narcos como el ex capo del cártel de Sinaloa, nombrado con el seudónimo de Luis Pérez, pero mayormente identificado como Alexander Monroy, mismo que aseguró que había aportado la cantidad de 2.4 millones de dólares a la campaña de Juan Orlando Hernández.
En esta parte, vemos a uno de los primeros peones de JOH; Mario Coto quien en su administración se desempeñó como subgerente de la Empresa Nacional Portuaria, mismo que supuestamente habría pedido el favor de los 2.4 millones de dólares para la campaña del ex mandatario a Monroy.
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Juan Orlando Hernández y sus aliados de sangre
No es sorpresa para muchos que los aliados más cercanos que el expresidente Hernández tuvo fueron específicamente sus dos hermanos, Hilda Hernández y Juan Antonio Hernández (Tony Hernández), quienes se reunían con narcotraficantes para realizar los acuerdos de su hermano, el exmandatario.
Testimonio de Alexander Monroy
Alexander Monroy, durante su testimonio, afirmó haberse reunido con Tony Hernández. En dicha reunión, supuestamente habrían acordado el pago de un millón de dólares a cambio de información sobre los controles de la DEA.
Este tipo de acuerdo no solo demuestra la magnitud de la corrupción, sino también la peligrosidad de tener acceso a información crítica que podría obstaculizar los esfuerzos de las autoridades estadounidenses en la lucha contra el narcotráfico.
Testimonio de Devis Leonel Rivera Maradiaga
Por su parte, Devis Leonel Rivera Maradiaga, el mayor líder de los Cachiros, testificó que entregó a Hilda Hernández un pago de 250 mil dólares. Este dinero estaba destinado a obtener protección y respaldo en las campañas políticas.
El testimonio de Rivera Maradiaga subraya cómo el narcotráfico se entrelazaba con la política, proporcionando fondos a cambio de impunidad y apoyo en la arena política.
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Reuniones en restaurantes
El fervor descomunal del poder del expresidente Juan Orlando Hernández, lo habría llevado a mantener reuniones con poderosos carteles en sedes del Partido Nacioanal y restaurantes, en donde habrían hablado sobre acuerdos ilicitos, que le darían el poder total de toda una nación, esto de acuerdo a testimonios de Fabio Lobo.
Según la Unidad de Financiamiento, Transparencia y Fiscalización, lograron detectar que hasta el momento del juicio más de 11 millones de dólares fueron aportados a las elecciones politícas del expresidente Juan Orlando Hernández.
Finalmente a Juan Orlando Hernández, expresidente de Honduras, se le acusó de burlar la seguridad de los Estados Unidos para facilitar el tráfico de drogas. Las declaraciones y testimonios de testigos en su contra revelan un entramado complejo de corrupción y crimen organizado que involucra tanto a familiares cercanos como a altos funcionarios del gobierno.
La combinación de colaboración directa con narcotraficantes, infiltración y control de instituciones, acceso a información sensible y manipulación política permitió a Juan Orlando Hernández y su red burlar eficazmente la seguridad de los Estados Unidos.
Estos actos no solo facilitaron el tráfico de drogas, sino que también socavaron la confianza en las instituciones hondureñas y perpetuaron un ciclo de corrupción y violencia en el país. La lucha contra esta red delictiva requiere una reforma integral y una cooperación internacional sostenida para restaurar el estado de derecho en Honduras.
