El argentino se recuperó de su lesión y fue una vez determinante para la victoria azulgrana en el derbi catalán.
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El Barça sudó tinta para sumar tres puntos de oro en un derbi con poco fútbol pero con buenas dosis de incertidumbre. Quizás fue una de las victorias menos claras del Barça en los últimos derbis en el Camp Nou.
Y es que el Espanyol de Rubí, con un planteamiento defensivo impecable, evitó que ocurriera lo de la primera vuelta, cuando Messi fue letal a base de faltas al borde del área.
Había clavado dos en Cornellà y dio la sensación de que en el Camp Nou una de las consignas del conjunto visitante era evitarlas a toda costa. Los blanquiazules aguantaron más de una hora, pero el Barça tuvo paciencia para no descomponerse y Messi acabó con los sueños de sus rivales en el derbi catalán.
El argentino volvió a salvar al conjunto azulgrana y de paso ganarse el repudio de una parte de Argentina por haber dejado la vida en la cancha del Camp Nou. Caso contrario a lo ocurrido en la fecha Fifa, donde dejó al equipo por una supuesta lesión muscular.
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La estrella del Barcelona llegó a 31 goles esta temporada y espera mantener su buena racha para una parte de la temporada donde las cosas se pondrán bastante intensas. Los azulgranas aún deben jugar contra el Atlético de Madrid para sellar la liga y en unos días también jugarán en los cuartos de final ante el Manchester United para mantener vivas sus esperanzas de lograr su sexta Champions League.
Los azulgranas mantienen la punta del torneo en España y tienen una buena oportunidad de lograr los tres títulos importantes de la presente campaña.
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