A pesar de las medidas implementadas para mejorar la seguridad y la administración de las cárceles de Honduras, las organizaciones criminales continúan operando con relativa libertad perpetuando un clima de violencia y corrupción.

Las mafias tienen una influencia significativa en las actividades diarias de las prisiones, desde la distribución de bienes y servicios hasta el control de las actividades ilícitas.

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Es importante mencionar que, los intentos de los militares por imponer un control más estricto han sido recibidos con resistencia violenta, tanto por parte de los intentos como de los propios funcionarios penitenciarios, algunos de los cuales se encuentran bajo la influencia de las mafias.