Los años pasan y los cambios son inevitables; pero Francisco Reyes con sus pinceles es capaz de detener el tiempo e inmortalizar una época muy querida por los capitalinos.
Reyes es un talentoso joven que, aunque nació en Guatemala, su corazón palpita por Honduras y Tegucigalpa, ciudad que lo vio crecer desde que tenía apenas unos meses de edad.
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Son incuantificables las obras que Reyes ha elaborado enalteciendo Tegucigalpa, plasmando en un lienzo la época colonial del “cerro de plata”.
En cada uno de sus obras nunca falta la presencia de un señor elegante, de barba larga y blanca, y un sombrero, caminando por las calles de la capital, ese personaje representa su padre fallecido, quien le heredó el gusto a la época antigua.
Contó que, con sus pinturas, busca que las nuevas generaciones conozcan la belleza única y colonial de décadas pasadas.
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“Mostrarles que no tenemos nada que envidiarle a otro país, y que a través de ellas puedan enamorarse de esa Tegucigalpa, que ya no está, pero que estuvo y va a estar siempre en nuestros corazones y nuestras mentes”.
Francisco cuenta con una carrera de más de 16 años, en 2006 egresó de la Escuela Nacional de Bellas Artes (ENBA), se ha desempeñado como docente, pero en la actualidad le dedica tiempo completo a realizar pinturas.
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