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Familiares y amigos llegan a dar último adiós al paladín del periodismo

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Con profundo pesar y tristeza, allegados al periodista lo acompañan en su velatorio y manifiestan el gran aprecio que le tenían a don Gabriel.

Familiares y amigos acompañan al legendario periodista en la sala de velación de Jardines del Recuerdo y se mostraron con profundo pesar por la partida del comunicador y entre lágrimas contaron todo lo bueno que fue don Gabriel.

Elizabeth Pinto (esposa) recordó entre lágrimas como su esposo le dijo que «ella era la única mujer que había amado». Además, expresó lo orgullosa que se sentía de su compañero de vida.

Al velorio también se presentaron amigos de García Ardón quienes manifestaron como el comunicador procuró mantenerse en el periodismo y recordaron como siempre estaba de buen humor.

Imagenes del velatorio.


VIDEO: Muere el distinguido periodista Gabriel García Ardón

El comunicador luchó durante mucho tiempo contra la enfermedad que padecía.

Luego de celebrar el día del Periodista hondureño (25 de mayo) el gremio está de luto ante esta sensible pérdida. El comunicador social Gabriel García Ardón falleció este viernes en su casa de habitacion en San Pedro Sula, Honduras.

Fuentes cercanas revelaron que el emblemático periodista padecía Cáncer de colon, etapa 4 el cual lo tenía en todo su páncreas e hígado.

Don Gabriel García Ardon

Su velatorio será en Jardines del Recuerdo a partir de las 7 am de la mañana y el domingo será su entierro.

Telediario 1984
 Don Gabriel García Ardón(1934-2017) informando en el noticiero TeleDiario.

Antecedente.

El periodista y director del noticiero Telediario, había expresado dos meses atrás estar mejor de salud y en esa ocasión agradeció a su esposa, Elizabeth Pinto, y a su público por el cariño y estar pendiente de su salud.

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Breve reseña de su trayectoria, experiencias y opiniones.

En una entrevista realizada el 27 de marzo de 2006 por un medio local, el periodista respondió las siguientes preguntas:

¿Cuáles son sus orígenes, quién es Gabriel García Ardón?
Gabriel García Ardón nació el 22 julio de 1934, aquí adelante del Hatillo, en el costado izquierdo de La Tigra, en un lugar que se llama San Juancito, donde en 1880, llegó una compañía minera la Rosario Mining Company, así que es que yo soy minero.

Ahí estudie en la escuela Marco Aurelio Soto, luego llegue a Tegucigalpa. Mi familia es la Midence. Toda la cuadra que queda arriba de la farmacia Regis, pertenecía a mi familia. Los Midence son los fundadores del barrio La Pedrera, calle La Leona.

Después entré a estudiar bachillerato en el Central de Varones, salí muy joven y pedí equivalencia y luego estudie magisterio. Tengo un primo que fue director de radio América en aquel entonces, estoy hablando de historia antigua del descubrimiento de América en1950-1952, y entonces me empezó a gustar la radio, ya que él me daba chance algunas horas en una emisora que se llamaba HRA, que estaba localizada exactamente donde está en este momento el Banco Central de Honduras.

Había una orquesta muy buena, la de Chito Molina, programas en vivo; me gustó mucho la radio y después me dedique al periodismo. Mi primer noticiero lo fundé en Radio Comayagüela y se llamaba radio Flash y así comienzo en el oficio del periodismo.

¿Mucha gente cree que usted es sampedrano?

No, no, yo soy de aquí, de Tegucigalpa, cien por ciento capitalino porque San Juancito es un barrio de Tegucigalpa. El hecho es que yo me fui al exilio porque era locutor de una radio rebelde, de una radio clandestina en tiempo del presidente Ramón Villeda Morales. Entonces cuando finalizó el problema de la radio Rebelde y luego nos tomamos Tegucigalpa y fracasamos, me exilé en Nicaragua en la embajada de El Salvador, junto a don Hostilio Lobo, ya muerto, y Luis Alfredo Alonso.

Así llegué exilado a El Salvador. Nos trataban muy mal, ahí yo trabaje en varias radioemisoras y tuve que irme a Suramérica en calidad de exilado. Cuando regrese con un salvoconducto del presidente Villeda Morales entré por El Amatillo, pues había comprado un carro. Ahí me pegaron una “cachimbeada” de loco en la entrada de El Amatillo y me trajeron en el baúl del carro. La policía era abajo del Honduras Maya, pero al mediodía me liberó el presidente Villeda Morales, ese día había una conferencia de prensa, unos días antes de su caída.

Entonces mis tíos me dijeron andate a San Pedro Sula, porque aquí te van estar molestando, me fui y desde entonces, desde que cayó Villeda Morales, estoy viviendo en San Pedro Sula. Claro que ahora soy sampedrano de corazón, amó entrañablemente esa ciudad porque me recibió solo con dos hojas de parra, una adelante y una atrás, y todo lo que tengo lo he hecho en San Pedro Sula.

 

¿Cómo inicia en el periodismo?

Mis pininos en el periodismo los hice en un noticiero de Radio América que dirigía don Mito Anduray, usted no lo conoció porque es muy joven, era uno de los mejores caricaturistas. Ahí trabaje, lo patrocinaba una empresa Hiasa y me gustó tanto que después me pasé a la Comayagüela, pues me mandó a llamar don Humberto García Natie (QDDG) y ahí fundé mi primer noticiero. Tenía 17 años. Desde entonces ejerzo la noble profesión y el oficio del periodista, tengo 53 años de estar en el periodismo.

Posteriormente, don Víctor Antonio Handal, que es uno de los periodistas más connotados de este país, él funda Telediario y luego el doctor Andonie Fernández funda la radio San Pedro en Tegucigalpa y le ofrecen la gerencia general a Tito Handal y entonces él me hereda la dirección de Telediario. Tengo de dirigir Telediario 40 años.

¿Usted es uno de los periodistas más veterano de los medios televisivos?
Pues si, fíjese, como en este país las cosas pasan tan inadvertidas, pues si se hiciera un estudio Telediario es el noticiero más viejo de América, ¡¡fíjese bien!!, dirigido por el mismo director. Solo me ganaba Jacobo Zabludovsky, quien se retiró a los 28 años de dirigir el noticiero de Televisa y yo ya tengo 40 años de dirigir Telediario. Debía de salir en los Guiness, pero usted sabe que a los hondureños, pues, nadie nos toma en cuenta.

Usted fue uno de los fundadores de aquel programa, Este Domingo, ¿cómo nace ese proyecto?
El programa nace de una plática en el Jardín Italia, una plática que sostuvimos con Jacobito Goldstein, que es actualmente el corresponsal de La Tribuna y que estuvo con HRN, ahora está con la América, y don “Toño” Mazariego (QDDG). La idea se la planteó Jacobo al señor Rafael Ferrari y él le dijo que sí, porque no había nada los domingos. Así convertimos el domingo en un atractivo extraordinario, porque la revista “Este Domingo” tuvo un éxito que no lo ha tenido nadie.

¿Por qué desaparece Este Domingo?
Desaparece porque en aquel tiempo de la guerra fría el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) de El Salvador, quiso secuestrar a la esposa de Jacobito; se salvó porque se metió ella con todo y carro en una casa. Ese mismo día en la tarde, Jacobo Goldstein abandonó Honduras y se termino “Este Domingo” que duró un aproximado de 15 años.

Ahí le enseñamos a Carlos Riedel a trabajar y después se convierte en el director de Hoy Mismo, ahí también le enseñamos a Salvador Nasralla a trabajar, le dábamos tres minutos para narrar deportes y hoy se ha convertido en el mejor comentarista de Centroamérica. Ahí también surgen editores, productores y camarógrafos muy buenos.

¿Cuándo incursiona en la política?
Yo comienzo a activar en el Partido Nacional a los nueve años de edad. Yo le leía la Época, El Día y El Pueblo, junto a Servio Tulio Mejía, al general Tiburcio Carías Andino. Desde entonces mi familia era parte del Partido Nacional. Mi padre a pesar de que era español, cuando el vino aquí, le gustó Carías y se convierte en Cariísta y desde entonces soy nacionalista y siempre he peleado por mi partido.

¿Siempre quiso ser periodista o intento abrazar otra profesión?
No, fíjese que yo quería ser médico, esa era mi ilusión desde niño, porque dos de mis primos son médicos, pero me gustó tanto el periodismo y me enloqueció, usted sabe que el periodismo para nosotros es como una droga, para nosotros el periodismo es como aquel que fuma marihuana, que si ya no estamos dentro de la carrera, andamos inquietos como esos caballos que los tienen enjaulados, que no les permiten que corran en una sabana. Yo voy a ser periodista hasta el día de mi muerte.

¿Esa ha sido su pasión?
A la única pasión que le he sido fiel yo, es al periodismo.

¿Cómo ve a la nueva generación de periodistas?
Muy buena. Yo soy de los viejos que creo, como dicen los salvadoreños, que hay que ahuecar el ala. Yo he sido formador de cerca de 30 periodistas en San Pedro Sula, todos egresados de la Universidad.

Creo en la Escuela de Periodismo, si bien es cierto hay muchas fallas en la facultad de Periodismo, yo les he enseñado a mis muchachos. Quiero decirle que a los periodistas que yo he formado son triunfadores en este país y mientras esté allí voy a seguir siendo laboratorio de ellos.

Creo que es la juventud la que debe retomar los puestos en este país como dijo Morazán. Creo que yo ya estoy viviendo mis últimos años en el periodismo y estoy preparando a varios periodistas y quiero dejar una buena escuela ahí.

¿Dicen que ya está escribiendo sus memorias?
Estoy escribiendo un libro muy bueno, yo creo que va a ser un best seller, porque dice cosas como las cosas que le acabo de decir ahorita, que mucha gente las ignora. Usted se lleva tres o cuatro primicias en esta entrevista. Con ese libro, algunos “tigres de papel” se van a disgustar mucho, algunas “escopetas vírgenes” de los viejos miembros de las Fuerzas Armadas que nunca dispararon un tiro.

¿Quienes son esas escopetas vírgenes?
Ahh, ahí lo va a ver en el libro, porque si me adelanto ya la cosa no es buena. Son varios personajes que son “tigres de papel”.

¿Qué diferencia encuentra entre las viejas y nuevas generaciones de periodistas?
Ahh… hay una diferencia como cuando dijo Cristo: Yo soy el Alfa y la Omega. Una diferencia enorme.

Fíjese que cuando yo hago mi primer reportaje, lo hago en El Cronista. Me dice don Alejandro: Anda vos y me dio una libreta de papel de trazo y un lápiz de grafito y me mandó aquí al Congreso. Entonces estaba William Calderón y Modesto Rodas Alvarado dándose en la madre aquí en el Congreso, ponían las pistolas encima del curul y me decía el periodista Soto a quien le decíamos “Lápiz de Dios”: Aquí está la noticia.

Dije yo en mis adentros estos se van a matar, voy a estrenarme a toda madre. Pero en eso vi que los dos se hacen señas, se ponen los sacos y se van y le digo a Soto: y estos? Van a matarse, me dice, seguilos, pero desde una distancia prudencial. Pero él me estaba viviendo porque acababa de venir de España de titularse de la complutense de Madrid en periodismo.

Yo los sigo, y miro que se van a meter a donde “Tito Aguacate”, (famosa y popular cantina del centro de la capital) ya entré yo como delincuentón haciéndome el papo, antes la entrada era como en el oeste una puertas de vaivén, y ya miro que le dice Williams (al cantinero): dos, y eran dos octaviños de guaro y tas empezaron y jua, jua, jua, jua.

Total es que se pusieron bien a pichinga, hicieron un par de tiros y se fueron. Solo los tontos creíamos, en aquel entonces, que estos señores son enemigos, aquí (señalando el hemiciclo legislativo en donde se realizó esta entrevista) se dan en la torre y luego los va a ver juntos comiendo y todo.

¿Una anécdota que recuerde en este oficio?
Ahh, yo tengo muchas. Fíjese que una vez fuimos con Jacobito Goldstein a entrevistar a un presidente de Guatemala, que ahora no recuerdo, entonces Jacobo le pregunta de Modesto Rodas Alvarado y aquel le contesta: mire usted delante del presidente de Guatemala no ande hablando mierdas de ese hijo de la gran puta. Nosotros nos sorprendimos y creíamos que era mentira.

Después con Laura Ruiz, que trabaja ahora con Vica Noticias, nos fuimos a cubrir un terremoto a El Salvador y en eso que un edificio estaba por caerse, uno de los camarógrafos que le decíamos “El Ganso” me decía: hay, hay don Gabriel.
¿Qué te pasa?, le pregunto yo.
Es que se me olvido la cinta, me responde casi llorando.
Dios que es misericordioso nos permitió ir a recoger la cinta cuatro cuadras de donde estábamos y pudimos filmar el desplome del edificio. Me han sucedido tantas vainas en la vida que usted no tiene idea.

¿Cuál ha sido la época más difícil que le ha tocado vivir como periodista?
La guerra fría, ahora es bien fácil ejercer el periodismo. En la guerra fría me hicieron más de catorce atentados. Rodrigo Wong Arévalo fue uno de los que también sufrió en esa época, contra él atentaron. Teníamos intervenidos los teléfonos, a mi me perseguían mucho, me amenazaban a muerte los militares. La verdad es que sobrevivimos porque Dios nos ama, pero sí fue muy dura.

En esos momentos, luchar por defender los intereses del pueblo era jugarse la vida, gracias a Dios que seguimos adelante. Hoy hay testigos de eso como Gladys Lanza, Bertha Nativí. Muchas veces escondí en mi casa, amigos míos y amigos de Gladys y doña Bertha, para que no los mataran.

¿Cómo ve ahora el ejercicio de la profesión?
Ahora el problema con el periodismo es que al periodista lo compran, por eso yo le digo a mis colegas que uno debe firmar un contrato de publicidad, pero no de complicidad.

Por ejemplo, en Telediario yo le hago ver a los contratantes: yo le voy a firmar este anuncio o este contrato, pero a mi no me vaya a dar órdenes, porque la primera orden que me dé para que lo defienda con cosas indefendibles, usted retire sus babosadas.

Yo entiendo que ahora el periodista tiene que ver como se las ingenia para llevar dinero a su casa. Los salarios son muy malos, por eso yo quisiera introducir una moción para que ganen 10 mil lempiras, pero platicando con algunos colegas me dicen que eso pueden afectar a los medios o programas pequeños que tienen contratados tres o cuatro colegas, y estoy en esa disyuntiva.

¿La corrupción está corroyendo el periodismo?
Como no, hay un grupúsculo de corruptos en el periodismo que en ocho o nueve años tienen casas de millonarios. Yo tengo 52 años de ejercer la profesión y yo tengo una casa común y corriente que la pague en 25 años. Solo tengo una casa en las Jardines del Valle y otra en la colonia del Periodismo, ya las pague las dos y es todo lo que tengo, o sea, que yo no soy un hombre de dinero, soy un hombre pobre.

Los carros, que son mi pasión, los he conseguido por medio de canje con las empresas distribuidoras.

¿Alguna vez lo quisieron comprar los gobiernos o los militares?
Muchas veces, pero yo no permito eso; yo les digo: quieren publicidad, me van a firmar este contrato y me van a dar un spot, porque si no me dan un spot no les puedo firmar ese contrato.

Como dicen en mi pueblo hay veces que la necesidad tiene cara de perro y muchas veces algún periodista tiene que pasar por esa vergüenza, porque entonces que va a llevar a la casa.

Fuente: PROCESO.HN

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