El monarca tiene pensado también visitar China, Japón, Malasia y las islas Maldivas
El rey de Arabia Saudita, Salman bin Abdulaziz, escandalizó al mundo por el derroche multimillonario que utilizó en una visita a Indonesia hace un par de días, entre sus estrafalarias expensas destacan los más de mil acompañantes y las 460 toneladas de quipaje que decidió llevar consigo.
Cuando el monarca llegó al referido país, una fuerte lluvia estaba cayendo y contó, sólo para taparse de la lluvia, de al menos siete lacayos con paraguas para que su majestad no se mojara.
La visita de Salman al país musulmán más poblado del mundo es la primera de un rey saudí en casi 50 años y forma parte de una gira mundial que comenzó al inicio de la semana en Malasia y continuará por Japón, China y las islas Maldivas.
460 toneladas de equipaje lleva consigo el rey saudí
Al pie del avión lo esperaban también las limusinas Mercedes que lo siguen en todos sus viajes y figuran entre las 460 toneladas de equipaje, en su mayoría enviadas directamente a la isla de Bali, donde el rey descansará después de su estadía de tres días en Yakarta.
Tal es la importancia de la estadía del soberano saudí que el gobierno indonesio ordenó cubrir las estatuas de desnudos que adornan el palacio de Bogor, además de que se ordenó la construcción de un baño VIP en una mezquita que visitará en Yakarta.
Indonesia es una etapa clave de la gira del rey Salman que apunta a buscar fuentes de diversificación de la economía saudita, duramente afectada por su dependencia del petróleo.
Utilizó 27 aviones
Para transportar a su séquito, compuesto por 620 personas que forman parte de su entorno, así como 800 delegados, entre los cuales había parte de sus ministros, fueron necesarios 27 vuelos a Jakarta y nueve para Bali.
Tan solo en Yakarta el rey y su enorme comitiva reservaron cientos de habitaciones en cuatro de los hoteles más exclusivos de la ciudad, incluyendo el Ritz, el Raffles y el Marriott.
Cuando estén en la isla de Bali, el rey y su séquito se quedarán en tres hoteles de lujo, incluyendo el Bulgari, donde la cabaña más exclusiva cuesta hasta 4.400 dólares por noche. El hotel también alardea de tener una playa privada a la que solo se puede llegar a través de un ascensor.
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