Su fortuna, es gracias a la compañía Snap Inc. con un valor que ronda los $33 billones. Actualmente, su vida está llena de comodidades y a su vez reconoce que ésta no siempre es justa.
Spiegel creció en Los Ángeles, al este de Malibú y es hermano de dos reconocidos abogados. Sus primeros años de educación los compartió al lado de figuras como Kate Hudson, Sean Rad (cofundador de Tinder), Gwyneth Patrow, Jonah Hill, en el muy exclusivo centro educativo Crossroads School, ubicado en Santa Mónica.
Bobby Murphy y Reggie Brown, son los confundadores de su compañía, y se conocieron en Stanford, cuando sentaban el estudio del diseño del producto Snapchat.
Sin embargo, todo empezó cuando Spiegel hizo amistad con Scott Cook, el fundador de Intuit y éste le permitió trabajar en un producto que la marca pretendía lanzar en India.
El padre de Spiegel permitió que su casa se convirtiera en la sede central de Snapchat mientras él y sus cofundadores le daban forma a la aplicación.
A pesar de que el lugar de la creación del app fue la casa de Spiegel, poco tiempo después Snapchat pudo colocar sus oficinas en el paseo de Venice. Y los problemas entre socios comenzaron a surgir: Reggie Brown estaba fuera de la organización y estableció una demanda legal en contra de Spiegel y Murphy, solicitando una indemnización por $157.5 millones por no haber sido tratado justamente durante su salida.
Superados estos inconvenientes, Spiegel empezó a lidiar con Mark Zuckeberg (creador y fundador de Facebook) quién ofreció comprarle Snapchat por $3 billones, cuando ésta comenzó a tener éxito entre el público juvenil. A lo cual Spiegel se negó.
Su fama y dinero, le dieron la posibilidad de vincularse sentimentalmente con figuras como Taylor Swift, Miranda Kerr (reconocida modelo) y profesionalmente con nombres como George Lucas y Shane Smith, Vice CEO de Vanity Fair.
Y fue con Miranda, con quién brevemente se comprometió –para julio del 2016- y juntos compraron una mansión de $12 millones.
Su extrema discrecionalidad, lo ha llevado a que las novedades de Snapchat no se revelen ni siquiera a sus empleados, los cuales se enteran de los avances cuando son anunciados públicamente. Quizá esta política es la que le ha permitido con 26 años, estar valorado por más de $5.6 billones.
Spiegel proyecta que Snapchat, además de ser la enemiga acérrima de Facebook por sus paralelas características, reinventará el uso que le damos a la cámaras de nuestros smartphones y personalmente anhela ser un ícono que inspire creación.
Fuente: Bussiness Insider, Forbes, LA Times.
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