Pese a que no existe un documento oficial sobre su fundación, cada 29 de septiembre los capitalinos celebran el aniversario de Tegucigalpa, ciudad que este año cumple su 444 aniversario.
Tal como data la historia, fue establecida en 1578, como centro minero, y en 1579 el capitán Joan José de la Cueva se convirtió en el primer alcalde municipal. Su población fue denominada “Real Minas de Tegucigalpa”, obteniendo el título de Villa de San Miguel de Heredia.
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Sin embargo, no siempre fue la principal ciudad del país, pues, en 1824, el primer congreso de la República de Honduras decretó que Tegucigalpa y Comayagua, se alternarían como capital del Estado, fue hasta el 30 de octubre de 1880 que se trasladó la sede del Gobierno definitivamente a Tegucigalpa.
En la actualidad, la infraestructura su casco histórico tiene la fachada de la época colonial y edificios emblemáticos que datan del siglo XX.
Asimismo, la belleza natural de la denominada “ciudad de los cerros de plata” está llena tiene puntos clave para observar toda su extensión, tan como el “El Pichacho”.
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Esta fecha es de celebración para los millones de hondureños que nacieron en Tegucigalpa, así como, para las personas que llegaron de otros lugares y le toma cariño la capital hondureña.
A medida que pasan los años, la capital se trasforma, y a la fecha, ha sufrido cambios significativos, que abarcan desde su nombre, hasta la infraestructura, crecimiento poblacional, e incluso, el clima.
Estos cambios, han desencadenado una serie de problemas, entre ellos destacan la sobrepoblación, vulnerabilidad demográfica a causas de las últimas catástrofes naturales, pobreza que ha crecido a raíz de la pandemia por Covid-19, y la escasez del agua, uno de las problemáticas que se vuelve intensa cada año.
En cuanto al desarrollo de la ciudad, expertos aseguran que Tegucigalpa está posicionada entre las ciudades más longevas de América, ubicada en los bajos estándares del desarrollo, por lo que, los gobernantes tienen grandes retos.
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