La llegada de Donald Trump frenó en seco todos los esfuerzos del gobierno anterior por obtener una relación amigable entre ambas naciones. Esto podría ser un desencadenante peligroso para la población norteamericana que reside en Cuba, ya que autoridades oficiales de la embajada aseguraron que 21 de sus miembros presentaba problemas severos de salud.
«Hasta que el gobierno de Cuba pueda asegurar la seguridad del personal del gobierno de Estados Unidos, nuestra embajada se reducirá a personal de emergencia», comentó una fuente oficial, quien solicitó ser no identificado.
Dentro de las afectaciones que presentan las personas hay pérdida de audición, mareos y náuseas que pudieron ocasionar “daño cerebral”. Solamente su personal de emergencia se mantendrá en la isla.
Las denuncias de los supuestos ataques fueron rechazadas por el gobierno de Cuba, que niega cualquier responsabilidad en el caso y asegura que lleva a cabo una investigación para determinar sus causas.
A raíz de lo sucedido, según los funcionarios, la emisión de visas hacia Estados Unidos en la embajada de Cuba queda «suspendida por tiempo indeterminado», aunque el Departamento de Estado prepara mecanismos para que los cubanos puedan solicitarla en otros países.
«El hecho de que algunos ataques ocurrieron en hoteles donde podrían hospedarse ciudadanos de Estados Unidos y que no podamos alertar cómo los estadounidenses pueden mitigar estos ataques, sentimos la necesidad de advertir que no viajen a Cuba», dijo el mismo funcionario.
Además, Rex Tillerson, secretario de Estado comentó la semana anterior que la Casa Blanca valoraba el cierre de la embajada en La Habana por los supuestos ataques. Sin embargo, en un comunicado oficial se arrepintió de lo expresado y dijo que mantendrán los lazos diplomáticos.
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