Los ecuatorianos votan este domingo en una dura elección presidencial que podría ver a un aliado del presidente Rafael Correa extender una década de gobierno izquierdista o un ex banquero inaugurando más políticas favorables para las empresas.
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El país andino está a la zaga después de una campaña tensa que se centró en una economía mermada, mientras que la región está observando para ver si Ecuador seguirá a Argentina, Brasil y Perú en cambiar a la derecha.
La elección de Ecuador también tiene repercusiones internacionales, con el retador conservador Guillermo Lasso prometiendo eliminar al fundador de Wikileaks, Julian Assange, de la embajada de Ecuador en Londres, si gana la segunda vuelta de este domingo.
El candidato gubernamental Lenin Moreno, de 64 años, un ex vicepresidente parapléjico, apenas perdió el umbral mínimo para ganar la presidencia en la primera ronda en febrero, y las últimas encuestas muestran que lidera Lasso en la segunda ronda.
Moreno, quien utiliza una silla de ruedas desde que fue tiroteado durante un robo en 1998, ha prometido incrementar los beneficios sociales para las madres solteras, los pensionistas y los ecuatorianos discapacitados, mientras que es más conciliador que Correa.
Él pinta a su oponente como un elitista que cortaría las políticas de bienestar y lo vincula a una crisis financiera de 1999 cuando cientos de miles de ecuatorianos perdieron sus ahorros, un mensaje que resuena fuertemente en la nación en gran medida pobre de unos 16 millones.
«Lenin Moreno es nuestra mejor opción frente a un banquero que gobernaría para su pueblo, para sus amigos ricos», dijo Carmen Alvarez, una ama de casa de 45 años que estaba votando en una escuela en la capital costera de Guayaquil .
Lasso, ex jefe del Banco de Guayaquil, de 61 años, quien ha hecho campaña para crear un millón de empleos en cuatro años, argumenta que las generosas promesas sociales de Moreno amenazan con empobrecer a la economía de Ecuador.
También acusa al partido gobernante de la Alianza del País de encubrir los escándalos de corrupción, sofocar los medios de comunicación y apilar instituciones con partidarios en la línea del presidente venezolano Nicolás Maduro, un aliado de Correa.
De hecho, la crisis política de Venezuela está ensombreciendo el voto de Ecuador.
«No queremos llegar a lo que Venezuela está sufriendo, con desnutrición y falta de trabajo»,
dijo Monica Bonilla, de 37 años, mientras agita una bandera de Lasso en uno de sus rallyes esta semana en la capital montañosa de Quito.
Lo que viene.
Después de votar al mediodía, Moreno aseveró que el proceso electoral marcha «como esperábamos, en paz, el pueblo esperando el contaje respectivo … cualquiera sea la decisión del pueblo la acataremos con todo el respeto que se merece».
Lasso, tras sufragar en Guayaquil, afirmó que votó por el cambio, porque Ecuador recupere su libertad … hoy comienza una nueva etapa en Ecuador, la etapa del cambio que será el segundo grito de independencia que se escuchará en toda América Latina», al tiempo de añadir que «este es un día crucial, no es una elección cualquiera».
¿Usted qué opina?