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Debate Final deja más dudas que certezas: 11 puntos de análisis

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Como el nombre bien lo señaló, este fue el Último Debate, al última oportunidad de conocer las ideas y propuestas, sin embargo, el ejercicio no fue el mejor.

En Once Noticias hicimos análisis de lo que se vio y de porqué es que falló precisamente al «debate» político y a la comparación de planes de gobierno.

La idea era el ataque: la modalidad de preguntas elaboradas por Repretel se dio con un aparente objetivo, enfrentar a los candidatos e, incluso, hacer que se atacaran unos a otros. Antes de hablar de propuestas, se habló de personas, mucho más de lo necesario.

Pero hubo dulzura: a pesar de que durante todo el ejercicio se dieron cuestionamientos a cada uno de los aspirantes a la presidencia de la República y se le cedía a los panelistas la opción de sumarse a ellas, se vio en más de una ocasión que fueron dulces el uno con el otro, con sus claras excepciones: los choques Piza – Hernández, Castro – Álvarez.

Poca profundidad: gracias a ese formato, faltó que se trataran los temas más importantes para el país, educación, inversión extranjera, infraestructura, empleo, lucha contra la pobreza. Cuando se abordaron esos tópicos, fue de soslayo o no se pudo notar confrontación de ideas entre los candidatos.

Críticos en propia casa: muchas de las respuestas de todos los candidatos fueron tan débiles, que en varias oportunidades ni siquiera los seguidores de los partidos que estaban en el Auditorio Nacional se sintieron convencidos. Por ello costó escuchar los aplausos en varias oportunidades.

Cansados: luego de cuatro meses de campaña electoral, con las últimas encuestas publicadas, que dan la visión de que cualquiera puede meterse en la pelea y el hecho de que la última semana ha sido la más exigente, se les pudo apreciar a los candidatos cansados, desgastados.

A punto del enojo: también se pudo notar que en más de una ocasión el enojo se asomó en el rostro de los políticos. Por supuesto, esto se vio incentivado por la manera en que fue encaminada la discusión. Quién cayó en la trampa fue Rodolfo Piza tras la provocación de Hernández.

Oportunidad desperdiciada: Repretel tuvo en sus manos la opción de ponerse una flor en el ojal, pero el estilo escogido fue incorrecto y así se lo hicieron ver los múltiples comentarios en redes sociales.

Lo bueno en Repretel: alejándose del tema de las preguntas, fue interesante y tal vez esclarecedor, el análisis de las expresiones faciales de los candidatos. Eso ayudó a los televidentes a conocer un poco más el lado humano de quienes aspiran a dirigir al país.

Responsabilidad de los políticos: ellos cayeron en el juego, no hablaron de los temas importantes, no profundizaron en sus propuestas y poco mencionaron acerca de las soluciones a los problemas del país.

Más dudas: quizás esta última oportunidad deja más dudas que certezas, eso es lo que pudo apreciarse en las redes sociales, en donde los usuarios se manifestaron desilusionados con el formato y con muchas de las respuestas de los candidatos, que se repitieron una y otra vez. Parece que esto no ayudó a convencer a los indecisos.

No hay excusas: sin importar si esta última oportunidad de ver a los candidatos con mayor apoyo de electores no dio todo lo esperado, la responsabilidad ahora es de los votantes, en quienes recae la tarea de mantener la democracia como característica de nuestro país. Es en las urnas donde se decide el futuro de Costa Rica.

 

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