Durante una entrevista, el comediante Carlos Ballarta reveló que no dejaba que su hijo viera los programas producidos por Roberto Gómez Bolaños, conocido como «Chespirito», por los acercamientos que el actor tuvo con dictaduras latinoamericanas.
«Por el hecho que fue un éxito durante todas las dictaduras. Lo que yo pensaba es: ¿Qué hace una dictadura, sino censurar contenido que le puede perjudicar? ¿Qué no censuraron? Chespirito», respondió a una pregunta.
Con la frase «una cuestión de dignidad», Ballarta continuó detallando su postura con el dato de que Bolaños se presentó en un estadio chileno que, durante la dictadura de Augusto Pinochet, sirvió como campo de concentración para presos políticos.
Las reacciones ante las polémicas declaraciones del humorista contemporáneo fueron tanto de apoyo como de crítica, acusando los de este último bando que Ballarta juzgaba a un artista de otra época con «con valores actuales».
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Chespirito en Chile
El 12 de octubre de 1977, el elenco de El Chavo del 8, programa insignia del repertorio de «Chespirito», se presentó ante más de 30,000 personas en el Estadio Nacional de Chile, para ofrecer un espectáculo cómico.
Cuatro años antes, sobre el suelo que pisaban los amados personajes de la televisión latinoamericana, miles de chilenos fueron torturados a partir del golpe de Estado perpetrado por Augusto Pinochet en contra del gobierno democrático de Salvador Allende.
Las críticas que en ese entonces fueron recibidas se debieron, en gran medida, a que para el momento de la presentación la dictadura de Pinochet estaba en su punto álgido, y en el país se seguían cometiendo violaciones a los derechos humanos.
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