La zozobra que impera en gran parte de la población hondureña por la reapertura gradual de los restaurantes en el país es entendible, ya que existe cierto temor de que esta situación contribuya a la propagación del COVID-19.
Sin embargo, a criterio del gerente de Empresas Sostenibles del Cohep, Gabriel Molina, es de igual importancia salvar a los empleos y personas que dependan de un salario.
«Entiendo el discurso de crear miedo y pánico, pero también hay una crisis económica», acotó.
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Asimismo, recordó que ellos han sido responsables durante los últimos 50 días, ya que paralizaron labores para preservar la vida del personal y de los consumidores, pese a las repercusiones financieras que tendría.
En ese aspecto, mencionó que durante el tiempo de paro realizaron un manual de bioseguridad para abrir de forma segura y responsable los negocios.
Cabe destacar que, según un estudio del COHEP, más del 25% de las empresas cerrarían de forma permanente si no habilitan sus servicios.
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Por tanto, considera que era importante la apertura de este sector que consume el 30 por ciento de la producción de alimentos, y genera más de 100 mil empleos directos y medio millón de indirectos.
«Es decir que la mortalidad de las empresas es más grande que la mortalidad del COVID-19, eso no quiero que se malinterprete, pues nos hemos detenido como sector privado para poder cumplir con nuestro rol de darle la prioridad de cada uno de nuestros colaboradores, clientes y proveedores”, cerró.
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