VIDEO: El cacerolazo ya es tendencia en gran parte de Honduras

Pese al toque de queda decretado por el gobierno, los simpatizantes de la Oposición se hacen sentir desde sus hogares azotando calderos y ollas.

En Honduras, ya se experimentó la segunda noche del toque de queda decretado por el gobierno de Juan Orlando Hernández, miles de personas retaron el silencio con una manifestación desde sus casas que denominaron «cacerolazo», y con esa algarabía exigiendo que se nombre a Salvador Nasralla como nuevo presidente de Honduras.

La convocatoria se hace por redes sociales y en cuestión de segundos se vuelve viral y tendencia en todo el país.

Los cacerolazos son medidas de manifestación popular, que consiste en la ampliación y profundización de la protesta democrática, alejándola de las manifestaciones tradicionales e introduciéndola en los hogares.

En diferentes puntos del país ciudadanos han hecho eco y se han hecho sentir de esta manera tan peculiar de protestar.

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Vecinos también lanzan fuegos artificiales en contra de los resultado del Tribunal Supremo Electoral (TSE).

Desde los primeros cacerolazos de los que se tiene registro, que tuvieron lugar en Argelia en 1961, este tipo de protesta se había limitado casi exclusivamente a Sudamérica, aunque posteriormente se la ha visto también en España, en donde se le llama cacerolada, y también Italia.

De esta manera los simpatizantes de la Alianza convocan al «cacerolazo».

En América latina, en la segunda mitad del siglo XX, el primer registro de cacerolazos se dio en Chile en la década del 70.

DATO:

Estos son los principales cacerolazos registrados, por países y años:

1971-1973: Chile.
1982-1984: Uruguay.
Década de 1990: Venezuela.
1996: Argentina.
2001: Argentina.
2015: España.
2017: Honduras.

Los cacerolazos más masivos y contundentes se dieron en Argentina durante el 2001 , aunque también hubo protestas de ese tipo, menores, muchos años antes.

Finalmente los sociólogos que han investigado este hecho social opinan que «este mensaje, no solo está dirigido al Gobierno sino al conjunto de la clase política».