El presidente millenial salvadoreño, Nayib Bukele, sorprendió a propios y extraños al vaticinar que en cuatro años los grupos criminales dejarán de existir gracias a las rigurosas medidas de seguridad que aplican en El Salvador.
En ese sentido, lo califica como un «golpe mortal» el que darán a todas las estructuras delictivas que desde hace años vienen plagando de zozobra el territorio centroamericano.
Cabe recordar que desde el pasado 20 de junio iniciaron estas estrategias al atacar el flagelo de la extorsión en el que incurren las pandillas con el único objetivo de dar un golpe a sus finanzas.
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Asimismo, también decretaron estado de emergencia en más de 20 centros de reclusión.
De la misma manera, el 3 de julio comenzaron con una operación que tiene como propósito recuperar el control total de varias decenas de comunidades que permanecen en poder de las maras.
Las pandillas salvadoreñas tienen alrededor de 70,000 miembros, de los cuales unos 16,000 se encuentran tras las reja.
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