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Allan DelCid: el doctor que encontró su disciplina en las artes marciales

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La historia de este atleta cinta negra y maestro del Tae Kwon Do no dejará de sorprender a muchas personas que piensan que todo en la vida tiene que ser fácil

Cuando nos imaginamos la carrera de medicina, se nos viene a la mente una profesión larga, complicada pero también muy humana. Este profesional de la salud nos demuestra que la seriedad y disciplina son la parte fundamental para tener éxito en los temas importantes de la vida.

Allan es el único catracho con tres medallas en un mundial de Taekwondo.

El galeno Allan DelCid encontró su pasión en un deporte que en los últimos años se ha convertido en una actividad muy popular entre los amantes de las artes marciales. Su padre, el también Dr Eleaquin DelCid, no solamente comparte la misma profesión, sino que fue su maestro e inspiración en este camino.

Su padre es su maestro y máxima inspiración en este deporte.

El sueño de este futuro cirujano sigue muy vigente, y ahora comparte su tiempo entre los hospitales del país, compartiendo su vasto conocimiento con la nueva generación del deporte hondureño en la escuela Chon-Ji, donde su padre los formó a el y a su hermano Luis.

Cara a cara con un verdadero cinta negra

¿De dónde nace este fuego interno de practicar un deporte de esta magnitud?

El arte marcial del Taekwondo lo practico desde niño, aproximadamente desde los cuatro años, porque mi papá es mi maestro y el también comenzó a practicar desde que estaba estudiando la carrera de medicina. Entre mas se va adaptado y teniendo edad uno termina conociendo esto de las artes marciales.

Recibiendo sus ascensos en la práctica de las artes marciales.

¿Cómo te ha servido este deporte en la vida?

Este deporte te ayuda a tener una gran disciplina y también a vencer los obstáculos que se encuentran en la vida. Además que ayuda mucho con las libras de más haciendo un buen ejercicio ja…ja…ja.

Explicame como funciona este sistemas de los cinturones negros

Bueno en este sistema hay varias etapas después de conseguir un cinturón negro, por ejemplo: Se llega hasta un noveno «dan», mi papá actualmente es séptimo «dan» y yo soy cuarto. Mi meta es llegar a ser un verdadero experto en esta rama de las artes marciales.

Un deporte hermoso pero al mismo tiempo peligroso cuando no se practica bien.

¿Como se es posible llevar una vida en este deporte y estudiar medicina?

La verdad es super complicado, la medicina no es nada fácil, pero uno se tiene que organizar bien. Cuando me tocó ir al mundial de Rusia en el 2009, llevaba el segundo año de la carrera, denominado las morfológicas. Esa etapa en el estudio es una de las pesadas en medicina. Tenía clase de siete de la mañana a tres de la tarde, llegaba a mi casa y entrenaba una hora para luego ponerme a estudiar y de seis de la tarde a ocho de la noche a seguir entrenando.

¿Cuáles han sido tus palmares en este deporte?

En el país he sido campeón nacional en las dos categorías en las que he competido, juvenil y en adultos. He sido campeón centroamericano aproximadamente unas diez veces y a nivel internacional tengo dos medallas en un campeonato mundial juvenil. Soy el único hondureño con estos reconocimientos en un evento de Taekwondo internacional.

La escuela Chon-ji sigue siendo casa de muchos jóvenes y adultos campeones.

Compites y además estás dando clases a los más pequeños.

Al momento de crecer, las responsabilidades son otras y uno tiene que retribuir a los nuevas promesas del deporte y las artes marciales y le brindo mi conocimientos dando dando clases a los niños y ayudo a preparar a los jóvenes que van a los campeonatos internacionales.

¿Que viene en el futuro para el Dr. Allan Delcid?

Pues en este momento seguirme preparando en la carrera de medicina, mi sueño es ser cirujano y en el arte marcial desarrollarlo en el país, seguir avanzando en el conocimiento, porque nunca se para de aprender. Me gustaría romper esos tabúes que en Honduras solo sirve el fútbol y es el único deporte que se puede apoyar. Hay demasiado talento hondureño que puede tener un gran futuro en el taekwondo.

Allan tiene la gran responsabilidad de preparar a los pequeños para seguir en este lindo deporte.

Las competencias y las metas siguen para este joven atleta que desafió la normativa de la sociedad catracha y buscó otra diversión en el deporte de los puños, patadas y derribes. Ahora sus conocimientos pueden pasar a la siguiente generación de soñadores que buscan la disciplina y el éxito personal.

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