Días de dolor y angustia han vivido los privados de libertad y sus familiares en los últimos días, con los recurrentes amotinamientos en cárceles del país, que han dejado decenas de muertos.
El pasado viernes en horas de la noche se informó sobre una reyerta en la cárcel de Tela, Atlántida, que dejó como resultado la muerte dantesca de 19 privados de libertad, y otros 16 heridos.
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Tras el sangriento hecho, en medio de la desesperación y angustia, los familiares llegaron a las afueras de la localidad, con la esperanza que sus seres queridos no fueran víctimas.
Las escenas eran desgarradoras, madres y esposas suplicaban, entre llanto, información de sus amados. Tardaron varias horas para conocer la identidad de las víctimas, y otras más para que sus cuerpos fueran entregados.
No habían pasado 48 horas de aquel doloroso momento en plena vísperas de navidad, cuando nuevamente, otra riña se desató, esta vez, la sede del sangriento suceso fue “Siria”, centro penitenciario de El Porvenir, Francisco Morazán.
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Hasta el momento se habla de otros 18 fallecidos, y uno aún por confirmar, quienes fueron asesinados con saña la tarde del domingo 22 de diciembre.
Las cifras impactantes revelan la crisis penitenciaria que se ha intensificado en las últimas horas, luego que los gobernantes, suspendieran a las autoridades penitenciarias, y crearan una comisión interventora, comandada por Fusina, Fuerzas Armadas y Policía Nacional.
La reacción de los líderes de seguridad no se hizo esperar y a través de una conferencia de prensa lamentaron las múltiples muertes, y afirmaron que se trata de, “una escalada del mundo criminal para tratar de evitar que Fusina imponga los controles necesarios en los centros penales del país”.
La Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas de los Derechos Humanos en Honduras (OACNUDH) también se pronunció ante los escalofriantes hechos, y expresó que observan con alarma la violencia dentro de los centros penales, y a la vez incitaron al Estado a que se respeten los derechos humanos de los presidiarios.
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