Tanto los escolares, como la única maestra con que cuenta la escuela deben cruzar ríos a veces en condiciones de riesgo, solo por el deseo de llegar a clases.
Esto sucede en la aldea Jalisco, Quitazunga, municipio de Olanchito, departamento de Yoro; allí funciona una escuela, que solo se le puede considerar tal, porque acuden párvulos y su mentora, pero las condiciones físicas, desafortunadamente, son deplorables.
Es la escuela PROHECO, Haryn Ramos Rivera, solo cuenta una “aula”, si es que a esa improvisada galera se le puede considerar tal, tampoco cuenta con pupitres, así es que los escolares deben escribir sobre sus piernas, sea que estén sentados en una tabla que sirve de asiento colectivo, pero si ya no hay cupo tienen sentarse en piedras o en el suelo.
No obstante, esa no es la peor parte que estos niños sedientos del saber, deben vivir, pues para poder asistir a clases, a diario caminan grandes distancias, cruzar varios ríos que en épocas de invierno resultan muy peligrosos, como algunos pasos por troncos tirados sobre cauces a manera de improvisados puentes.
Lea También: CALIDAD EDUCATIVA ¿con una galera como escuela?Situación que, desde luego, resulta similar tanto para escolares como para su maestra, Francia América Hann, quien a pesar de estas vicisitudes, no ve obstáculos para asistir puntual y con entusiasmo cada día a “sus niños”, porque los ama y su trabajo le satisface.
Por supuesto la maestra Hann no es una persona resignada, de hecho, ha formulado solicitudes de ayuda a diversas instituciones, esto en diversas ocasiones, sin embargo en todas hubo ausencia de respuesta.
Ella mantiene la esperanza que algún día alguien en el aparato gubernamental se compadecerá de estos hondureñitos, que por si mismo, tienen derecho de contar con mejores oportunidades.
Escuelas en condiciones antipedagógicas ¿es posible calidad educativa así? DEJE SU OPINIÓN
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