Honduras entre los primeros países consumidores de pornografía infantil

La pornografía infantil es el tercer delito más rentable en el mundo, después del tráfico de armas y del narcotráfico.

Nuestro compañero Carlos Soto, nos amplía.

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Increíble pero cierto, Honduras es el segundo país en Latinoamérica después de Puerto Rico que más pornografía infantil consume, la permanencia de los cibernautas en los sitios donde se ven explícitamente relaciones sexuales ronda los 10 minutos por cada visita, las autoridades de la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (CONATEL) así lo explican.

El director de CONATEL, Alejandro Rosales, manifestó que estas redes de explotación infantil permanecen en el país ya que generan importantes cantidades de dinero por la venta de dicho material.

Estas estadísticas preocupan a los entes gubernamentales, el Ministerio Público (MP), ha hecho investigaciones a personas supuestamente involucradas con la tenencia, distribución y comercialización del material prohibido que violenta la ley.

Por su parte la portavoz del MP, Lorena Cálix, puntualizó que solo la tenencia de este material, podría implicar condenas de 4 a 6 años de prisión.

Según la Dirección de Niñez, Adolescencia y Familia (DINAF), el sexting, o la nueva forma de sostener comunicaciones sexuales a través del internet, facilita el incremento de videos y fotos «triple xxx» entre menores.

Keyla Herrera del programa de protección de menores, manifiesta que el sexting se presta para que circule material de menores en la internet.

Sexting (contracción de sex y texting) es un anglicismo que se refiere al envío de mensajes sexuales (eróticos o pornográficos), por medio de teléfonos móviles. Inicialmente hacía referencia únicamente al envío de SMS de naturaleza sexual, pero después comenzó a aludir también al envío de material pornográfico (fotos y videos) a través de teléfonos celulares y computadoras. También se le denomina ¨sexteo¨ en español a esta conducta.

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Finalmente, el hecho que los hondureños tengan altas cifras en consumo pornográfico alarma a los psiquiatras debido a posibles trastornos psicológicos de perversión.