«Dar el brinco a Estados Unidos, es complicadísimo, una persona sola no pasa el desierto.»
Era temprano por la mañana de un viernes como cualquiera, tenía la dificil tarea de hablar con un conocido sobre un tema un tanto incómodo para ambos.
«Don Julio» -Pseudonimo que utilizaremos para proteger su identidad por seguridad.- es un tipo robusto, con piel dura y quemada por el sol de los desiertos que ha cruzado apoyando a algunos compatriotas que han decidido dejar su patria por la búsqueda del «Sueño Americano».
Llegaba en su «pick-up» a eso de las nueve de la mañana, al lugar donde habíamos acordado vernos para conversar de un tema que jamas podríamos haber tratado por teléfono, su labor como «Coyote».
Don Julio nos contó, que los riesgos en el camino en busca del “sueño americano” se recrudecieron tremendamente después de las practicas de las nuevas políticas migratorias del actual presidente estadounidense, haciendo que los inmigrantes indocumentados vean de más cerca la muerte en la angustiosa travesía.
Según nos comenta Don Julio, otro factor que lacera a los catrachos que deciden emigrar por la difícil situación en Honduras, es la subida de las tarifas que están cobrando los coyotes para ayudarlos a dar el “brinco” hacia el otro lado.
Antes éstos cobraban unos 5 mil dólares ahora pasó a 8 mil dólares, incluso algunos cobran hasta 12 mil dólares.
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Estas son algunas de las preguntas que logramos «aterrizar» con Don Julio:
¿Cómo está la situación en México a raíz de la política antiinmigrante de Donald Trump, es más duro el desafío de pasar la gente?
R// Yo pienso que está igual, siempre ha sido difícil pasar la gente, en la frontera la situación se pone complicada, sin embargo, a la gente la están llevando por más desiertos y hay personas que ahí perecen.
¿Debido a que los riesgos se han incrementado, los precios han subido?
R// Sí, los precios han aumentado, ahora se cobra más por pasar a la gente, personalmente puedo decir que se cobra alrededor de 1.500 a 2.000 dólares más en relación al costo anterior. (Él se considera uno de los coyotes “barateros” en el país)
¿Es posible pasar sin coyote?
R// Eso es imposible, el inmigrante se muere, tiene siempre que contar con el apoyo de alguien, hasta México se puede llegar, pero de la frontera pero dar el brinco a Estados Unidos, es complicadísimo, una persona sola no pasa el desierto.
¿Las madres hondureñas siguen llevándose niños pequeños en busca del sueño americano?
R// A mí me tocó llevarme niños pequeños, los llevábamos y los entregábamos a migración, ahorita no sé si la situación continúa como antes.
¿Tienen nexos los coyotes con los cárteles de la droga en México?
R// No es que trabajemos juntos, lo que pasa es que ellos funcionan como extorsionadores y si vos no les pagas te pueden matar y secuestrarte la gente que llevas, hay que darles un porcentaje por cada persona que llevamos.
¿El muro de Trump va detener la gente?
Eso no va detener la gente, la gente continuará yéndose, por la situación difícil que existe en Honduras y la gente siempre buscará artimañas para saltarse la muralla.
¿Qué es lo peor que ha visto siendo «coyote»?
R// He visto muchas personas que bajaban del tren y la secuestraban, a muchos los asesinaban, miré como los “Zetas” (cártel mexicano) con arma blanca macheteaban a personas que raptaban, también fui testigo de personas que se cayeron del tren y los arrollaba cortándoles las piernas. Recuerdo bien a un señor hondureño en estado de ebriedad a quien el tren le mochó la pierna, se ven muchas cosas duras en ese camino.
Así Don Julio nos daba un pequeño vistazo de como es ese mundo de la migración indocumentada, y acordamos continuar nuestra conversación porque hay muchos temas que él mismo quisiera que la gente comprendiera antes de emprender un viaje que puede costarle la vida.
* Algunas fotografías son con fines ilustrativos.
¿Usted qué opina?